Te detuviste en la puerta por unos segundos. Escuchaste las patitas acercarse y el olfateo enloquecido que confirmaba tu olor.
Recibí la despedida telepáticamente. Oí los pasos alejarse, y las patitas regresar a mi lado.
Todo lo que dejaste ahora forma parte del decorado. Las mejores manualidades antidepresivas de mi vida.
Realmente no fue mi intención escuchar todo el drama. Es un café muy pequeño y ellos estaban muy cerca de mi mesa. Por eso, cuando ella se levantó para irse, no pude evitar verla. Lloraba, y estaba tratando de disimularlo. Justo cuando la puerta cerró por completo, pude escuchar a la otra persona hablar por teléfono.
- Listo. Dije lo que tenía que decir. ¿Te espero?
Y yo sólo pensaba en las múltiples historias de este pequeño momento si no hubiese estado escuchando todo este tiempo.
Pudiera imaginarme que no eran amantes sino amigos. O que no eran amigos sino hermanos. O que éramos tú y yo aquella vez en un café horrendo donde te dije que tu concepto de incondicionalidad se ajustaba sólo a tu favor, y saliste molesto sin entender. O quizás imaginar que no fui yo quien lloró y cerró la puerta para siempre.
Mi abuela tiene una cajita marrón con pintitas amarillas debajo de su mesa de noche. La he visto guardar papelitos muchas veces, pero no sé con exactitud qué esconde allí. Mi hermana y yo una vez intentamos agarrarla un día y nos sacó del cuarto a los gritos. Te lo cuento porque esa bolsita gris que siempre llevas contigo me hace pensar en esa caja. En lo secreto y en lo sagrado. Por eso nunca te he preguntado qué llevas allí. Podría imaginar cosas pero no quiero arruinar la magia. Algo me dice que si seguimos frecuentándonos, lograré ver que hay allí dentro. Y no quiero presionar. Hay demasiada belleza en la revelación de secretos cuando son dichos en voz baja y con un poco de emoción y miedo. No quiero perderme ese momento.
Ya lo he soñado, y te veías encantador mostrando todo tus universos escondidos.
Lo que escuché mientras escribía 🎧
Sin mucha búsqueda. Sólo sugerencias de YouTube.
Gracias por leer estos tres relatos que salieron en una sola sentada el viernes. Estaba ‘‘sin tema’’ para la cartita de hoy y recordé lo que me había pasado cuando escribí esta entrega. Fue lo mismo. Sabía que algo saldría cuando me sentara, dejando que las ideas llegaran tranquilamente.
Son historias que me permiten ejercitar el músculo y, lo más importante, dejar vivir cualquier idea, no importa lo pequeña y ‘‘tonta’’ que sea. No hay pretensiones de nada. Son un pequeño garabato en mi sketchbook.
Gracias siempre por leer y quedarte.
Nos vemos el lunes 💛